Vitra por Jean Prouvé

Hace aproximadamente veinte años que Vitra empezó a reeditar algunos de las piezas de Jean Prouvé, uno de los grandes del diseño del siglo XX. Sus muebles, funcionales a la par que estéticos, revolucionaron el mundo del diseño y, a día de hoy, conservan un punto de actualidad, como demuestra la colección homenaje de Vitra. Para celebrarlo, la empresa suiza ha ido anunciando la reedición, este año, de varios diseños de Jean Prouvé, con el objetivo de rendir homenaje al diseñador francés, entre las que destaca esta selección de algunas de sus piezas más icónicas: el taburetes 307 y el taburete Métallique, así como la estantería de pared Rayonnage Mural.

El taburete Métallique es un asiento práctico que también puede ser utilizado como mesa auxiliar y que viene en una selección de colores propios de Prouvé. El francés diseñó Métallique para la Maison d‘Éducation Surveillée de Saint-Maurice, pero su puesta a punto nunca llegó a producirse; por ello, Vitra lo fabrica ahora por primera vez en su historia.

El taburete 307 es un asiento ergonómico, originalmente diseñado empleando láminas de aluminio estampadas, mientras que la versión actual es de roble macizo. Jugando con los opuestos, la interacción entre el asiento de madera maciza y las elegantes patas de tubo de acero crea un contraste apabullante. El 307 está disponible en dos versiones: con asiento de roble natural barnizado o de roble teñido oscuro.

Por último, la estantería Rayonnage Mural, que Prouvé diseñó en 1936 para la École Nationale Professionelle de Metz, es una estantería de pared que aporta bienestar tanto en entornos laborales como domésticos. Su cuidada silueta, sencilla y de líneas claras, y la forma aerodinámica de sus dos soportes de pared, recuerdan al timón de un avión o de un barco, un elemento recurrente en la obra creativa de Prouvé.

Otra de las novedades que nos ha llegado es que Vitra ha decidido ampliar la paleta cromática para las reediciones de Jean Prouvé, recuperando así algunos de sus colores históricos. Entre los tonos originales de Prouvé encontramos el gris Vermeer, el azul dinastía, el verde trigo y el azul Marcoule, así como la variante métal brut en acero sin pintar, que se suman a las opciones existentes de negro intenso, rojo japonés y blanco paloma.

La escala cromática de Jean Prouvé se nutre de anécdotas y vivencias particulares, de experiencias y personas que le marcaron, y se basan en diversas referencias. Es el caso del verde trigo, que alude al color del trigo incipiente en un campo de cultivo, o del gris Vermeer, que hace clara referencia a los tonos grises de la obra del pintor Johannes Vermeer, por el que Prouvé sentía un profundo respeto.

El uso del color puede entenderse desde una lógica práctica y estética, como con el beneficio que aporta para la protección de los materiales contra el óxido, pero para Prouvé, el color podía llegar incluso a tener un sentido espiritual, ya que era consciente de que podía utilizar los colores para infundir un cierta aura a sus diseños.

Sin embargo, no deja de llamar la atención que, a pesar de sus investigaciones cromáticas, Prouvé prefería los colores propios de cada elemento. Él creía en la naturaleza de un material, con lo que solamente debían pintarse las partes en peligro de corrosión; siempre que fuera posible, Prouvé dejaba los elementos de madera y aluminio sin tratar. Solo así se explica la pureza de sus diseños, que llegan a nuestros días de la mano de Vitra, rebosando elegancia y con un estilo clásico, pero tremendamente contemporáneo.

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