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El diseño del patio de recreo no realizado de Isamu Noguchi
El escultor Isamu Noguchi creó algunos de los diseños más deseados de mediados de siglo. Su mesa de café homónima o la colección de lámparas de papel Akari, ambas editadas por Vitra, son un claro ejemplo de sus idolatrados diseños.
Tras esos éxitos y el renombre alcanzado con sus obras, podríamos pensar que a Noguchi, no había proyecto que se le resistiera, pero la verdad es que si que había uno: un patio de recreo en la ciudad de Nueva York. A pesar de sus muchos intentos, durante varias décadas para construir uno, Noguchi fue constantemente obstaculizado por la política que actuaba en aquella época. “In Search of Contoured Playground”, una nueva exposición en el Museo Noguchi (Nueva York), nos acerca a imaginar cómo habría sido el proyecto, si Noguchi hubiera conseguido su objetivo.
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Creado en 1941 y destinado a Central Park, ‘Contoured Playground’ era un concepto que utilizaba ‘modulaciones de tierra’ para delinear un paisaje donde los niños pudieran jugar. Al igual que muchos de los otros diseños de Noguchi para parques infantiles, nunca se construyó, aunque una fotografía de archivo muestra claramente el concepto, plasmado en un modelo de yeso.
Es a partir de esta foto que el museo ha creado una ampliación de 3 metros cuadrados del modelo original, junto con recreaciones del equipo original de juegos que Noguchi había diseñado para él.
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La instalación se complementa con una silueta a escala 1:1 de la topografía que Noguchi imaginó para el patio de juegos, brindando a los espectadores la sensación de estar en el centro, si alguna vez se hubiera construido. Comisariada por Naomi Frangos, arquitecta y profesora de la Universidad de Cornell, la exposición también presenta una versión en bronce del modelo original, que data de 1963, junto con varias otras interpretaciones esquemáticas del espacio del patio de recreo que proporcionan un experiencia sensorial y espacial que ayudan a comprender este diseño, no construido, a gran escala.
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Para Noguchi, los parques infantiles eran: “una introducción de formas y funciones; simples, misteriosas y evocadoras; por lo tanto, educativas”. Sus paisajes de juego estaban compuestos por estructuras abstractas de escalada, columpios suspendidos en marcos escalonados, sierras atrevidas, ondulaciones topográficas y colores vibrantes.
Noguchi siempre pensó en sus diseños como invitaciones para explorar y aprender sobre el espacio y el movimiento.
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